Oraciones a San Antonio de Padua

Hay muchas oraciones a San Antonio de Padua (1195-1231), patrono de los pobres y doctor de la Iglesia, pidiendo su ayuda, especialmente para encontrar los objetos perdidos. San Antonio era un franciscano (miembro de la orden religiosa fundada por San Francisco de Asís) conocido como un gran predicador e instructor teológico.

Sus sermones fueron tan inspiradores que su fama se extendió por toda Francia e Italia en los diez años anteriores a su muerte. San Antonio era conocido como el "martillo de los herejes" por su devoción a la fe. El Papa Gregorio IX, que lo canonizó como santo en 1232, lo llamó "El Arca de la Alianza".

Muchas oraciones a San Antonio mencionan favores y peticiones específicas, ¡incluyendo ayuda para viajeros y mujeres embarazadas! Se le han atribuido numerosos milagros.

En una de las más famosas de ellas, se le vio una noche en una habitación donde estaba bañado en luz con el Niño Jesús (¡verdaderamente la última fuente de luz!) en sus brazos.

(Versiones de esta imagen, como la de la derecha, han sido representadas en pinturas y estatuas a lo largo de los siglos. Con la típica humildad, San Antonio pidió que esta visión se mantuviera en secreto hasta después de su muerte.

Esta oración a San Antonio pide ayuda para encontrar los objetos perdidos:


San Antonio, perfecto imitador de Jesús, que recibió de Dios el poder especial de restaurar las cosas perdidas, concédeme que pueda encontrar (mencionar tu petición) que se ha perdido. Al menos devuélveme la paz y la tranquilidad de espíritu, cuya pérdida me ha afligido aún más que mi pérdida material.

A este favor os pido otro: que permanezca siempre en posesión del verdadero bien que es Dios. Prefiero perderlo todo a perder a Dios, mi bien supremo. Que nunca sufra la pérdida de mi mayor tesoro, la vida eterna con Dios. Amén.

Aquí hay otra buena oración: 


Maravilloso San Antonio, glorioso por la fama de tus milagros, tuviste la felicidad de recibir en tus brazos a nuestro bendito Señor como un niño pequeño. Obtén para mí de Su misericordia este favor que deseo desde el fondo de mi corazón: (mencione su petición)

Puesto que fuiste tan misericordioso con los pobres pecadores, no consideres la falta de mérito por parte de aquel que te llama, sino considera la gloria de Dios, que será exaltada una vez más a través de ti, por la salvación de mi alma y la concesión de la petición que ahora te presento sinceramente.

Como prenda de mi gratitud, os ruego que aceptéis mi promesa de vivir en adelante más fielmente según la enseñanza del Evangelio y de dedicaros al servicio de los pobres a quienes habéis amado y a quienes aún amáis tanto. Bendice este mi propósito y obtén para mí la gracia de serle fiel hasta la muerte. Amén.